El escritor puede describir el personaje desde dos puntos de vista, o su apariencia física o su carácter.

Si solo habla de sus características físicas, estará haciendo un retrato, y si la descripción se centra en su carácter, el autor estará llevando a cabo una "etopeya".

Al describir hay que hacer ver al lector aquello que no ha podido ver en la narración.

Asimismo no hay que olvidar que con la descripción el autor no solo conseguirá que el lector conozca al personaje, sino que se pueda crear una corriente de empatía con él.

Los espacios

Una narración sucede siempre en algún lugar: puede ser real o imaginario, y en un tiempo, presente y futuro. Todo dependerá de lo que el escritor quiera narrar y de lo que mejor se adecue a tal efecto.

El lugar en el que la narración sucede se presentará mediante la descripción, siempre teniendo en cuenta que el lector ha de poder ver lo que se le está describiendo.
El lugar que sea el escenario de la narración aporta o resta realismo y verosimilitud a lo narrado.

Existe la posibilidad de no ubicar la narración en un lugar determinado, dando universalidad a la narración.

Existen también varios recursos para presentar el espacio o espacios en que sucede la narración. Puede que un personaje la presente directamente en un diálogo con otro personaje, o puede que el narrador sea quien describe el lugar. En cualquier caso se estará realizando una descripción.

Para que una descripción sea lo más efectiva posible, el escritor debe conocer perfectamente el lugar que va a describir. Y es que el espacio es un elemento más al servicio de la narración.

Este consejo forma parte del Taller de Escritura Creativa: ¿cómo utilizar la imaginación en nuestros textos literarios? Toda la información en nuestra web.

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