Transformar, vincular y explosionar son algunas de las formas de operar cuando escribes un cuento para niños. Siempre tienes que tener en cuenta que las características de los personajes infantiles clásicos pueden transgredirse y puedes jugar con ellas para crear nuevas situaciones.
El niño necesita reiterar para afirmarse. Por esta razón, si te mueves dentro de un territorio parecido al suyo y con personajes conocidos que podrían ser los de los cuentos de siempre, inmediatamente reaccionará entusiasmado. De este modo, siempre puedes enriquecer el texto introduciendo variantes como:
1- Reunir personajes de diferentes cuentos en un mismo cuento.
2- Incorporar elementos actuales como el móvil o el metro, por ejemplo, que son elementos cotidianos para los niños.
3- Hacer monologar a uno de estos personajes.
4- Destacar los objetos actuales y tomarlos como hilo conductor del cuento.
5- Cambiarles el sexo.
6- Inventar hábitos novedosos.
7- Agregarles datos, como inventarle hijos a Cenicienta.
8- Convertir al lector en ayudante del héroe.
9- Emplear la parodia total.
Es importante que trates toda clase de temáticas y experiencias y, sobre todo, tienes que escribir sin apelar a la lógica, sin interpretar la realidad y dejando que los pequeños saquen sus propias conclusiones.