Los personajes son uno de los elementos más importantes de tu novela. Pero ¿cómo puedes inventar un personaje? No olvides que has creado esos personajes de la nada, son tuyos y gracias a ti tienen una vida literaria. Sin embargo, ¿a qué datos o realidades recurres para darles vida? Tienes diferentes posibilidades:

a) El personaje simbólico. En este caso tu personaje es la expresión de una realidad abstracta, como la fraternidad o la paz, por ejemplo. Tienen menos interés en sí mismos que por el valor que encarnan.

b) El "autorretrato parcial". Tu personaje es un trasunto tuyo y dentro de este punto caben diferentes posibilidades y matices. La más elemental es que tu personaje sea una reproducción fidedigna tuyar, fundamentalmente en los aspectos ideológicos y psicológicos. Pero también lo puedes construir a partir de algunos rasgos personales tuyos solamente. En este caso implica mayor elaboración por tu parte. 

También puedes pensar que un personaje puede expresar algo que no es tuyo y más o menos ambicionas secretamente. O igualmente apuntar que en tu personaje puedes volcar todas tus obsesiones, todos sus demonios familiares.

c) El "personaje sobre modelo". Tu personaje puede estar extraído de la realidad externa. Puede ser la reproducción fotográfica de un ser real. O ceras tu personaje a partir de solo unos pocos rasgos observados en el modelo. No copias tu original sino que tomas lo que deseas de él, unos pocos rasgos que han llamado tu atención, un giro que ha inflamado tu inspiración y con ello constituyes su carácter.

 

Tres formas sencillas de crear personajes

El personaje de la novela lo vas construyendo poco a poco, desde su primera aparición hasta la última, como un complejo puzle de rasgos semánticos que se van enlazando y que pueden provenir de su guión preliminar. Lo puedes construir con datos provenientes de diversas fuentes informativas como:

- El nombre. Determinados nombres y apellidos provocan especiales evocaciones en tu lector. Por ello, debes seleccionarlos teniendo en cuenta que marcan el carácter y el destino de los personajes, que informan. De este modo, un nombre largo puede tener connotaciones diferentes de un nombre corto, y un apodo caracteriza de un modo opuesto a un nombre complejo. Igualmente debes considerar si se trata de un nombre más o menos sonoro, aristocrático o campesino, difícil de pronunciar o sencillo.

Cada nombre se vincula directamente e influye sobre los demás: no puedes llamar a dos personajes de forma muy parecida porque creará confusión en tu lector; ni hay que olvidar que el nombre del personaje tiene que ver con el papel que desempeña en la historia, sin olvidar las relaciones que hay entre ellos.

- También puedes definir al personaje mediante aspectos del mundo interior. Al hablar de este tipo de mundo, nos estamos refiriendo a sus sentidos, sus sensaciones o sus pensamientos.

- ¿Qué dicen o qué hacen tus personajes? Estas preguntas son elementales en la construcción de los personajes, dicen mediante el diálogo y hacen a través de la acción.

 

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